Desde el inicio de la Compañía en 2019, las maravillosas mujeres que la integramos hemos trabajado, desde nuestra fuerza y sensibilidad, para crear un repertorio propio, ágil, técnico y hermoso que se adapte a nuestra vida; un ballet diferente en donde cada una de las intérpretes es diferente y protagónica, cada una se empodera a través del movimiento como un símbolo de ruptura, de feminidad, estableciendo un grito de resistencia, una huella propia en la sociedad.

Ahora, 5 años después, podemos decir con orgullo que todos los cuerpos pueden bailar ballet, que nuestra experiencia derrota los comentarios negativos que rodean y sostienen los estereotipos de la danza clásica y del deber ser de la mujer en la sociedad. Hoy, nuestra Compañía acalla esas voces de frustración y le brinda la posibilidad de ser en la danza a todos aquellos que revolucionan el mundo a través de su cuerpo en movimiento.